Buenos días amor, soy yo,
¿me recuerda?
solo quería estar seguro que
durante las horas que durmió
no se olvido de mi.
Buenos días amor, soy yo,
de nuevo, perdón porque
aun es de madrugada,
pero mi alma añora su
presencia.
Buenos días amor, soy yo,
perdón si cada mañana
quiero levantarla con un beso,
solo entienda que duermo con
su nombre pegado a mi pecho,
y al levantarme lo encuentro
impregnado en mi boca.
Buenos días amor, soy yo,
hoy solo quiero decirle
que no hay día, ni hora en la
cual su rostro no ocupe mi mente;
incluso estoy planeando remodelar mi cabeza,
eliminar cualquier pensamiento
que le robe espacio a lo nuestro,
pintar las paredes de mi alma de un color diferente,
el color de sus labios.
Buenos días amor, hoy no soy yo,
hoy soy otro, si otro y aun así el mismo,
su presencia me ha cambiado,
sus labios quitaron las asperezas de mi alma,
y hoy ya no soy yo,
soy distinto.
Buenas noches amor, soy yo,
pero hoy me siento diferente.
Si amor, aun siguen aquí los miedos,
miedo a la oscuridad sin su compañía,
miedo a despertar y no tenerla a mi lado;
lo se soy un cobarde.
Mi amor perdón si la abrazo,
y no quiero soltarla,
el solo hecho de pensar
que estará lejos de mi por un instante,
me mata, me despido,
ya me voy.
Mientras duermo,
por necesidad y no por deseo,
beseme, beseme en sus sueños,
pero no deje de hacerlo,
beseme, así como yo lo hago
con usted a la distancia.
Ni mi subconsciente puede
con su recuerdo implacable,
el cual prevalece como el sol en el verano,
y aun cuando amenaza la lluvia
en volver al día gris,
sus rayos de esperanza
nos recuerdan su presencia.
En memoria
de los hijos del tiempo,
en memoria de los segundos
que mueren sin tenerla a mi lado.
En memoria de los besos
que mueren esperando sus labios.
A.G.C.R